miércoles, 24 de septiembre de 2008

Gente que mata gente

La Historia universal está saturada de ejemplos de genocidio; sólo a modo de recuerdo para que el pasado no vuelva hoy recordamos los de:
*Holodomor (en ucraniano: Голодомор, 'matar de hambre'), también llamado Genocidio Ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna provocada que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, durante los años de 1932-1933, durante los que perecieron millones de personas.Teniendo como referencia la definición jurídica de genocidio y numerosas evidencias se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen comunista de la URSS, bajo la presidencia de Iósif Stalin. Si bien otras hambrunas también fueron provocadas en otras regiones de la URSS, el término Holodomor es aplicado específicamente a los sucesos ocurridos en Ucrania.
*Masacre de Katyn
La masacre de Katyń, también conocida como la masacre del bosque de Katyn (del polaco zbrodnia katyńska, literalmente 'crimen de Katyń') , fue la ejecución en masa de ciudadanos polacos (muchos de ellos oficiales del ejército, hechos prisioneros de guerra) por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. En el curso de la masacre, aproximadamente de 15.000a 22.000 polacos fueron ejecutados en tres lugares de ejecución masiva durante la primavera de 1940.
El descubrimiento de las tumbas masivas por el Wehrmacht (ejército nazi) condujo a la rotura de las relaciones entre el gobierno polaco en exilio (con sede en Londres) y la Unión Soviética. La masacre fue empleada con fines propagandisticos por el régimen nazi, mientras que Stalin culpaba al régimen nazi de la autoría. No fue hasta 1990, bajo el régimen de Mijaíl Gorbachov, cuando se aclaró la responsabilidad de la Unión Soviética. Este hecho influencia hasta ahora las relaciones entre Polonia y Rusia
*Masacre de Dresde
Ciudad hospital
Dresde (Dresden en alemán) era una ciudad de Alemania ubicada a 120 km. del frente del Este y albergaba a 800 mil refugiados que huían del avance soviético de Zhukov. Dresden, la hermosa y culta capital de Sajonia, fue declarada durante la Segunda Guerra Mundial, como ciudad abierta, ciudad blanca, ciudad hospital, es decir, no albergaba tropas, ni poseía fábricas de guerra, ni objetivos militares de ninguna clase. No poseía siquiera artillería antiaérea, pues había sido llevada al frente del Oder.
La masacre: los días 13 y 14 de febrero de 1945, se avalanzaron sobre Dresden 900 aviones bombarderos ingleses arrojando 400 mil bombas incendiarias. Tres horas despues, una segunda oleada de 1.200 tetramotores ingleses lanzó 200 mil bombas incendiarias y 5.000 explosivas. El segundo ataque, mayormente con bombas incendiarias de termita, se programó para tres horas más tarde de modo tal que los bomberos (que arribarían tambien de otras ciudades para apagar el fuego) resultasen víctimas del ataque. No hubo ninguna oposición en absoluto. Ningún caza alemán y ningún fuego antiaéreo.
Antes del alba, se produjo un tercer ataque con casi 150 mil bombas incendiarias y bidones de fósforo, para activar la horrorosa pira. Los cazas escoltas tenían la instrucción de descender al nivel de los tejados y barrer "blancos de oportunidad". Abrieron fuego sobre masas de gente que atestaban las rutas fuera de Dresden y sobre cualquier cosa visible. Un grupo de niños, del famoso coro de la Iglesia de Kreuzkirche, fue masacrado en la calle del zoológico. Prisioneros de guerra británicos, que habían sido puestos en libertad ya que sus campos de internación estaban ardiendo, fueron ametrallados también.
Siete días
Dresde ardió durante siete días, de acuerdo al diario de un prisionero de guerra inglés que se hallaba allí. Durante varios días después del ataque, Dresde se mantuvo cubierta por una niebla de humo y hollín. Y una constante lluvia de cenizas, húmedas y negras, cayó sobre la campiña circundante.
De toda la provincia partieron inmediatamente convoyes transportando provisiones. En la ciudad los esperaban escenas increíblemente macabras. Dos trenes, repletos de niños evacuados, habían recibido impactos directos. Los cuerpos de los pequeños se hallaban apilados, en montículos, en el patio de la estación. Seiscientos refugiados, que habían buscado cobertura en el sótano abovedado de la estación, resultaron muertos. Cien de ellos murieron quemados vivos por las bombas incendiarias y el resto pereció asfixiado por las emanaciones y el humo.
De los 19 hospitales más importantes de Dresde, 16 resultaron dañados y 3 totalmente destruídos. En la escuela de Vitzhum, que estaba siendo usada como hospital de emergencia, sólo 200 de los 500 pacientes resultaron evacuados a tiempo. Los 300 sin evacuar murieron en sus lechos. En la maternidad de Johannstadt resultaron muertas 200 personas, pero sufrieron tantas y tan horribles mutilaciones que sólo 138 pudieron ser identificadas. Muchas de las víctimas estaban tan achicharradas y carbonizadas que, literalmente, hubo que despegarlas del asfalto derretido y palear sus restos. Muchos cuerpos habían quedado reducidos por el fuego a menos de la mitad de su tamaño normal.
*Masacre de Biscari
La Masacre de Biscari fue una serie de crímenes causados por las tropas de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, en la que prisioneros de guerra alemanes e italianos fueron asesinados en Biscari en 1943.
A raíz de la captura de Biscari en Sicilia el 14 de julio de 1943, setenta y cuatro italianos y dos alemanes prisioneros de guerra fueron fusilados por las tropas estadounidenses durante la invasión aliada de Sicilia. Estos asesinatos ocurrieron en dos incidentes separados entre julio y agosto de 1943. En el primer incidente fueron asesinados 34 italianos y 2 alemanes, mientras que en el segundo fueron 40 italianos.
El sargento Horace West fue acusado en el primer incidente por matar a los 36 prisioneros de guerra bajo su cargo. West admitió que había participado y fue declarado culpable, despojado de su rango y condenado a cadena perpetua, sin embargo más tarde fue puesto en libertad como soldado raso. En el segundo incidente, el capitán John Compton fue al tribunal de guerra por el asesinato de 40 prisioneros de guerra en su cargo. Afirmó estar siguiendo órdenes. El oficial investigador y el Juez declararon que estas acciones son ilegales, pero fue absuelto. Compton fue simplemente trasladado a otro regimiento y murió un año después en la lucha contra Italia. Este hecho fue visto como un caso claro de injusticia y de un trato distinto para los oficiales y suboficiales.
Los involucrados alegaron en su defensa que seguían órdenes. Se citó General George Patton para hablar sobre el asunto. Ni Patton ni la unidad de comandantes, el coronel E. Cookson, fueron declarados oficialmente responsables.
*Masacre de las foibe
La Masacre de las foibe ("foibe": dolinas, en terminología geológica) del "Carso", en torno a la ciudad norteña de Trieste, y en la frontera nordeste con la ex Yugoslavia, son hoyos en los cuales se tiraban los cadáveres de fascistas "ajusticiados" por los partisanos yugoslavos, en represalia por la ocupación de las zonas yugoslavas realizada por parte de Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Considerado como un Holocausto italiano.
El horrible uso de las foibe (nombre dialectal de estas fosas) nació en la Segunda Guerra Mundial. Tras una primera explosión popular antifascista croata y eslovena en 1943, en respuesta a los ocupantes italianos de Benito Mussolini, y que causó algunos centenares de infoibati (participio que podría traducirse por "metidos en la fosa"), llegó la gran ofensiva de 1945, con la que Tito buscaba vaciar de italianos los territorios de Istria, Fiume y Dalmacia, que esperaba incorporar para Yugoslavia.
Miles de italianos fascistas fueron arrojados a las foibe. Los más afortunados eran primero fusilados; otras veces los arrojaban vivos; o eran atados de dos en dos, sólo uno recibía el tiro y eran lanzados juntos a la muerte en la fosa. Muchos de esos cadáveres siguen allí, sin localizar, pues sólo en la zona de Istria están catalogadas más de 1.700 angostas dolinas de hasta 200 metros de profundidad.
En 1947 con el Tratado de París, los aliados dieron a Tito lo que quería: Istria, Fiume y Dalmacia, lo cual provocó el éxodo de 300.000 italianos. La tragedia de las foibe fue aparcada: a los aliados no les interesaba demonizar a Tito, único en el bloque comunista que no obedecía a ciegas a la URSS, y el Partido Comunista Italiano sufría una endémica subordinación política a las exigencias del comunismo internacional.
*Masacre de Metgethen
La Masacre de Metgethen fue uno de los crímenes de guerra perpetrados por los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial en enero de 1945.
Metgethen, en Prusia Oriental (hoy Aleksandra Kosmodemyanskogo, anteriormente Lesnoy, región de Kaliningrado, Rusia), se encuentra a unos pocos kilómetros al oeste de Königsberg, en su tiempo era un pueblo alemán.
En el curso de la prolongada batalla de Königsberg en 1945, las fuerzas soviéticas que atacaban desde el norte de la península Samland llegado a la Laguna de Vístula al oeste de Königsberg el 30 de enero, tomando Metgethen en el proceso, un pueblo con una estación de ferrocarril. Después de oscuridad, avanzaron hacia el oeste a Groß-Heydekrug.
Fuerzas alemanas reconquistaron Metgethen el 19 de febrero con pretanciones de reabrir la vital carretera y la línea ferroviaria sitiada entre Königsberg y el puerto del Mar Báltico de Pillau. Según los informes alemenes, fueron descubiertos cadáveres mutilados de civiles.
*Masacre de Nemmersdorf
Saltar aLa Masacre de Nemmersdorf fue uno de los crímenes de guerra perpetrados por el Ejército Rojo contra la población civil alemana en Nemmersdorf, en el este de Prusia (hoy Mayakovskoye, región de Kaliningrado) el 22 de octubre de 1944 a las 07:00 horas. En la granja había un carro, a la que más mujeres desnudas fueron clavadas a través de sus manos en una posición cruciforme... Cerca de un posada grande, el "Roter Krug", y era un granero en la que a cada una de sus dos puertas estaba una mujer desnuda Clavada a través de las manos, en una postura crucificada .... En las viviendas se encontró un total de 72 mujeres, incluidos los niños, y un hombre de edad, de 74, todos los muertos .... Algunos bebés tenían sus cabezas golpeadas."
*Genocidio en Ruanda
El Genocidio de Ruanda es un genocidio perpetrado en Ruanda en 1994 por parte de facciones de hutus, sobre tutsis y hutus moderados.En Ruanda se distinguen dos grupos étnicos : la mayoría hutu y el grupo minoritario de tutsis;el primer ministro de Ruanda, Jean Kambanda, revelóque el genocidio se discutió abiertamente en reuniones de gabinete, y cómo una ministra de gabinete dijo que estaba "personalmente a favor de conseguir librarse de todos los tutsis... sin tutsis todos los problemas de Ruanda desaparecerían".Probablemente, nunca se sabrá cuántos muertos provocó. Se calculan entre 800.000 y 1.000.000. Si fueron 800.000 equivaldrían al 11 por ciento del total de la población y 4/5 de los tutsis que vivían en el país. Tampoco se sabe cuántas víctimas ha provocado la venganza tutsi. Aunque se habla del "otro genocidio", parece que no es en absoluto comparable.
*Genocidio en Bosnia
El término genocidio en Bosnia es utilizado para referirse o al genocidio cometido por las fuerzas bosnias y serbias en Srebrenica en 1995 (Masacre de Srebrenica), o a la limpieza étnica que tuvo lugar durante 1992-1995 en la llamada guerra de Bosnia.La Guerra de Bosnia fue el conflicto internacional que sucedió en Bosnia y Herzegovina del 6 de abril de 1992 al 14 de diciembre de 1995. Fue causada por una compleja combinación de factores políticos y religiosos: exaltación nacionalista, crisis políticas, sociales y de seguridad que siguieron al final de la guerra fría y la caída del comunismo en la antigua Yugoslavia.
*El Holocausto
El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático burocráticamente organizado de judíos por el gobierno nacionalsocialista y sus colaboradores. “Holocausto” es una palabra de origen griega, que significa “sacrificio por fuego.” Los nazis, que tomaron el poder en Alemania en enero de 1933, creían que los alemanes eran una “raza superior” y que los judíos, considerados “inferiores”, no merecían vivir. Durante el Holocausto, los nazis también tuvieron en su mira a otros grupos por razón de su percibida “inferioridad racial”: los romas (gitanos), los discapacitados, y algunos grupos eslavos (polacos, rusos, y otros). Otros grupos fueron perseguidos por razones políticas, religiosas o de orientación sexual: comunistas, socialistas, testigos de Jehová y homosexuales.
*Genocidio armenio
El genocidio armenio (en armenio: Հայոց Ցեղասպանութիւն; en turco Ermeni Soykırımı), a veces también llamado holocausto armenio, Մեծ Եղեռն, gran calamidad o masacre armenia, fue la deportación forzosa y masacre de un número indeterminado de civiles armenios, calculado aproximadamente en más de un millón y medio, durante el gobierno de los Jóvenes Turcos, en el Imperio Otomano, desde 1915 hasta 1917, durante la Primera Guerra Mundial.Se caracterizó por su brutalidad en las masacres, y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas en que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados. Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, que incluyen a los asirios y los griegos de Ponto, algunos autores consideran estos actos son parte de la misma política de exterminio.La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el día 24 de abril de 1915, el mismo día en que las autoridades otomanas detuvieron a unos 250 intelectuales armenios que eran líderes de la comunidad de armenios en Estambul.
Fuente Wikipedia
*La conquista del desierto
El Gran Viraje colonial coincidió en el extremo sur. Si en Estados Unidos se llamó Conquista del Oeste, en Argentina se denominó Conquista del Desierto y tuvo una misma misión: correr la línea fronteriza que los indígenas habían impuesto como un cordón de seguridad y que cortaba el mapa de la Argentina y el de Chile a la altura de la provincia de Buenos Aires. La Pampa y Neuquén. Hay que decir que dejaban en poder de los indígenas toda la Patagonia y las zonas más productivas del centro del país (La región de la Pampeana). Su presencia impedía el desarrollo del ferrocarril, las explotaciones mineras (carbón), forestales (bosques de coníferas), agrícolas y de ganado ovino, sectores que interesaban especialmente a las empresas británicas. Los españoles, y posteriormente los criollos habían conquistado dos tercios del vasto territorio argentino, pero quedaban muchas tierra en manos “salvajes”.
Más allá de las grandes civilizaciones de la llamada América Nuclear, que abarcaba todo el territorio encerrado entre los trópicos, al sur de Cáncer vivían numerosas naciones con un grado menor de avance cultural. En el noroeste argentino y chileno y el sur boliviano estaban asentados los Atamequeños, los Omaguacas, y los Diaquitas, tribus incorporadas al Tahuatinsuyo (Imperio Inca). En la región del Gran Chaco (noroeste de Argentina, Paraguay) los Guaycurú era la nación más importante dividida en grupos: los mbayá, los caduceo, los guaraníes, los matacos, los payaguá, los mocovíes y fundamentalmente los tobas. Más al sur, en territorio de los que hoy es Uruguay, se asentaban las tribus charrúas. En el centro de Argentina, sanavirón y comechingón se repartían las sierras y los huarpes la pre-cordillera mendocina. La región pampeana estaba habitada por una de las naciones más importante del sub-continente, los araucanos, dividida a su vez en numerosos grupos étnicos entre los que destacan los mapuches, los ranqueles, los puelches y los tehuelches. En el extremo sur del continente, al sur de la provincia Argentina de Santa Cruz y en la isla de Tierra de Fuego, ejercían su particular cultura del frío, las tribus ona, alacaluf y vaghan. Este resumen étnico puede ser sorprendente para muchos europeos que creían que la Patagonia era un territorio deshabitado. Puede incluso que llame la atención algunos nombres a los cuales no se está habituado como araucanos o tehuelches, en comparación con el sioux o comanches que tan nefastamente puso de moda el cine norteamericano. Todas esas naciones fueron literalmente arrasadas por los ejércitos argentinos durante el siglo XIX.
Durante la década de 1830 a 1839, el caudillo de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas realizó varias incursiones hacia el “desierto”, sobre todo para intentar aislar a las tribus de indios puelches y ranqueles. Tribus nómadas sin localización específicas, inventoras de la “guerra de guerrillas”, sus ataques se producían en grupos reducidos, llamados “malones”, que lograban sembrar el terror entre las poblaciones fronterizas.
En mayo de 1832 el general Rosas comienza su primera incursión hacia el suroeste, en dirección a las provincias de patagónicas de Río Negro y Neuquén. Cuatro meses más tarde el diario de Buenos Aires la “Gaceta Mercantil”, daba a conocer los resultados de la breve campaña: “3.200 indios muertos, 1.200 prisioneros de ambos sexos”. Durante esa época el científico inglés Charles Darwin, investigaba en tierras patagónicas y la enterarse de las incursiones contra los indios escribió: “Siéntese profunda melancolía al pensar en la rapidez con que los indios han desaparecido ante los invasores. Aquí todos están convencidos de que ésta es la más justa de las guerras. ¿Quién podría creer que se cometan tantas atrocidades en un país cristiano y civilizado? Creo que dentro de medio siglo no habrá ni un solo indio salvaje al norte del Río Negro” (del libro” Viaje de un Naturalista Alrededor del mundo”).
A principios de los años 40 la campaña se cierra con más de 8.000 indios muertos y un avance importante sobre sus territorios de la línea de fortines fronterizos. Los conflictos internos y la lucha de intereses por el poder de la Argentina, que acababa de nacer, postergaron el golpe final por el abogaban los miembros del Club del Progreso de Buenos Aires, cuyos integrantes formaban las ricas familias oligárquicas descendientes de los españoles. Entre ellos habían militares deseosos de gloria sobre la base de una nueva epopeya; terratenientes avariciosos que esculpieron la frase “No hay negocio como el de las tierras, en una nación joven”, y financieros y banqueros deseosos de otorgar nuevos créditos a bajo interés para engrosar sus capitales.
En 1877 asume la presidencia de la Nación Argentina el doctor Nicolás Avellaneda, un liberal honrado que cogió a un país con ganas de salir adelante pero con una carga de deuda externa (con banca, empresas y particulares ingleses, preferentemente) que le hizo profetizar. “Nuestro país pagará sus compromisos exteriores hasta la última gota de sangre del último argentino”. Desde luego en la mente de Avellaneda los primeros litros de ese plasma salvador debían recaudarse de venas indias. Inmediatamente nombró ministro de Guerra a un joven general de 34 años, Julio Argentino Roca, de reconocida militancia anti-india y con un importante antecedente en su hoja de servicios: varias batallas ganadas seis años antes en la Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay), en la que el presidente argentino Bartolomé Mitre financió una matanza de indios y mestizos con capitales de la Banca Baring Brothers de Londres.
Roca inicia los preparativos de la Campaña del desierto en 1878. Algunas columnas de soldados partieron hacia el sur como operativo de ablandamiento de la gran andanada. Volvieron con 4.000 indios prisioneros; hombre, mujeres, niños y ancianos. Muchos de ellos murieron en campos de reserva.
Las incursiones fueron minando paulatinamente la resistencia de unos indios que tenían pocas posibilidades de sobrevivir fuera de sus sistemas de vida tradicional. Sin embargo, ninguno estaba dispuesto a rendirse. Namuncurá y Pincén, dos de los caciques araucanos más prestigiosos, se dispersaron en los montes con cien guerreros cada uno para atacar por “montoneras” (pequeños grupos que actúan por sorpresa) a los hombres blancos y resistir hasta las últimas consecuencias.
En abril de 1879 el general Roca inicia su expedición desplegando en abanico a más de 6.000 hombres, bien pertrechados y apoyados por artillería. Más de 150.000 indios inician un éxodo en dirección al Neuquén.
El informe final que el general Roca ofreció al Congreso sobre la campaña dice: “14.172 indios fueron reducidos, muertos o prisioneros (algunos historiadores elevan esa cifra a 35.000) Seiscientos indígenas fueron enviados a la zafra en Tucumán. Los prisioneros de guerra fueron incorporados al Ejército y la Marina para cumplir un servicio de seis años, mientras que las mujeres y los niños se distribuyeron entre las familias que los solicitaban (para servicios domésticos o adopción forzada) a través de la Sociedad de Beneficencia.
En 1881 Roca inicia la segunda fase de exterminio ilegal en la provincia de Neuquén, puesto que el Congreso le había autorizado, a través de una ley (número 947 a perseguir a los indios solamente hasta la frontera reconocida de los ríos Limay y Neuquén “y no más allá”. En marzo de 1818 el general Villegas partía con tres brigadas de infantería, cuatro regimientos de caballería y una sección de artillería hacia el lago Nahuel Huapi (Cabeza de Tigre, en araucano).
La huida de las familias indias (sólo opusieron resistencia los caciques con grupos selectos de guerreros) transformó la expedición gloriosa en un auténtico saqueo. Después de matar a 45 indios y de tomar 150 prisioneros, las huestes de ejército argentino se apropiaron de 6.500 ovinos, 1.700 vacas y 2.300 caballos, capturados a las tribus en fuga. Las batallas siguientes al pie de la Cordillera de Los Andes, pusieron de manifiesto el desequilibrio existente: 345 indios muertos y 1.720 prisioneros. Entre las fuerzas nacionales se registraron 17 muertos y 21 heridos.
En término de vidas humanas la conquista del Neuquén tuvo un costo oficial de 55.000 indios.
Mientras las expediciones que se llevaban a cabo, el gobierno y los terra-tenientes hicieron el gran negocio previsto: la adjudicación y venta de tierras. Por ley, los herederos de Adolfo Alsina, ex ministro de Guerra, recibieron 15.000 hectáreas; cada jefe de fronteras obtenía 8.000 hectáreas y cada jefe de batallón, 5.000 hectáreas. La venta fue mejor negocio aún. Las aristocráticas familias de Buenos Aires y representantes latifundistas extranjeros tuvieron prioridad para comprar grandes extensiones en la zona de Río Negro y Neuquén (más tarde se trasladaron a las provincias australes de Chubut y Santa Cruz). Allí pagaron 0.16 centavos por hectárea. Quince años más tarde, es decir a finales de siglo, cada hectárea costaba 400 pesos. Las más grandes fortunas y apellidos de raigambre argentina nacieron de estas operaciones. Los extensos latifundios patagónicos y pampeanos (con superficies equivalentes al territorio de países europeos), se consiguieron a costa del aniquilamiento indio.
El pensamiento anti-indio se hizo doctrina oficial en la Argentina del siglo XX, justificando el genocidio el destierro y el saqueo. En un libro de geografía, aprobado como texto escolar por el Ministerio de Educación, y escrito en 1926 por el profesor Eduardo Acevedo Díaz, se podía leer (…) “La Republica Argentina no necesita de sus indios. Las razones sentimentales que aconsejan su protección son contrarias a las conveniencias nacionales”.


*Hiroshima y Nagasaki
E l lunes 6 de agosto de 1945, el Servicio Meteorológico de Japón anunció un día soleado, con temperaturas entre 26 y 32 grados en Tokio y sus alrededores; sobre el Pacífico avanzaba un mínimo barométrico en dirección este, frente a un máximo estacionado sobre China que se desplazaba rumbo al norte. A las 2:45 de la mañana, un bombardero estadunidense B-29 despegaba de la base aérea de Tinian. Paul Tibbets, el capitán de la nave, había bautizado un día antes a la superfortaleza B-29 con el nombre de su madre: Enola Gay, iba ligero de equipaje, sin ametralladoras a bordo, llevaba una tripulación de 12 hombres y a Little Boy, una bomba atómica. Su destino final: Hiroshima. A las 7 de la mañana, una hora antes de llegar a Japón, el sistema de vigilancia aérea descubrió no sólo al Enola Gay, sino también a sus dos aviones escolta, el Bockscar y The Great Artiste; las estaciones de la radio interrumpieron su programación y se activaron las sirenas de alarma en todo el país.
A las 8:06 de la mañana, la vigilancia aérea de Hiroshima advirtió que se trataba sólo de un vuelo de reconocimiento a gran altura y no de un bombardeo masivo. Por esa razón la gente no se trasladó a los refugios antiaéreos; el estado de emergencia y la evacuación se ordenaba sólo cuando atacaban grupos de cazas y bombarderos. Nadie imaginaba, pues, al Enola Gay y su funesto mandato. Cuatro días antes, la fuerza aérea estadunidense había empleado la misma táctica disuasiva: enviaron varias veces al día vuelos de reconocimiento sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, el mismo día de la explosión nuclear tres aviones estadunidenses de reconocimiento sobrevolaron el área al amanecer. Cuando las sirenas de alarma dejaron de sonar, comenzó el infierno de Hiroshima.
A las 8:15 de la mañana, el Enola Gay lanzó desde una altura de 9 mil 450 metros una bomba de tres metros de largo y cuatro toneladas de peso sobre la isla de Hiroshima. La fortaleza voladora B-29 dio un giro y regresó a su base sin contratiempos. A una altura de 580 metros sobre el centro de la ciudad y sobre el hospital Shima estalló la primera bomba nuclear de la historia con una fuerza de 12 mil 500 toneladas de trinitrotolueno. A las 8:17, en plena hora pico matutina, una enorme esfera de fuego envolvió al centro de la ciudad, la temperatura alcanzó 300 mil grados celsius en una millonésima fracción de segundo; las personas que estaban en el hospital se evaporaron y una onda expansiva de 6 mil grados de calor carbonizó los árboles a 120 kilómetros de distancia; de las 76 mil casas y edificios de Hiroshima, 73 mil desaparecieron. Mientras tanto se había levantado un hongo atómico de 13 kilómetros de altura que expandía material radiactivo por toda la región y, 20 minutos después, comenzó la lluvia atómica contaminando de muerte a las personas que habían escapado del calor y las radiaciones. A 560 kilómetros de distancia, uno de los artilleros del Enola Gay vio todavía al hongo expanderse en el espacio. Dos horas después habían muerto entre 90 mil y 200 mil personas, y el 80% de la ciudad había desaparecido.

-¿Cómo podremos prevenir el genocidio si no recordamos la historia? George Orwell sostuvo eso:"el que controla el pasado controla el futuro. Y el que controla el presente controla el pasado". Cada generación debe cultivar y revitalizar la memoria del pasado. Si no, el pasado, así como el presente serán controlados por los que oprimen y degradan la condición humana. En este acto de memoria necesitamos recordar, no solamente los actos meramente nobles, sino que aún más importante es exponer repetidamente, una y otra vez, los crímenes diabólicos. Es la única manera de absolver el presente por los crímenes del pasado e inmunizar el futuro para evitar su repetición interminable.Olvidar y perdonar, son humanas características, que nos ayudan a convivir, pero cuando se trata de genocidio, o sea, exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de religión o de política, ambas condiciones son inaceptables, no podemos ni debemos olvidar, ni perdonar, ningún tipo de genocidio, que jamás podrá justificarse por ningún artilugio de la imaginación desvariada de algún "loco egregio", de los muchos que desgraciadamente han llegado a apoderarse del gobierno de naciones enteras.
Es saludable recordar que no estamos inmunes ante estos horrores, y si bien es verdad que durante la guerra fría las dos superpotencias mostraron el mínimo de sensatez necesaria para impedir un gran conflicto internacional con armas nucleares, existen sobradas razones y pruebas fehacientes de que el "fundamentalismo" o el terrorismo (de cualquier signo) puede hacer uso de esos mecanismos de destrucción masiva (y otros de carácter químico o biológico), lo que pone en jaque todas las formas civilizadas de gobierno.
"En los asuntos humanos, nada está predeterminado. Para triunfar, el espíritu humano debe ser movido a un nivel nuevo del conocimiento. Para alcanzar ese nivel se requiere ensanchar el círculo del conocimiento de lo que está en juego. Ese es el imperativo moral categórico e imprescindible para cada persona pensante. En esa búsqueda nada es más efectivo que el poder de la palabra. Sólo por su movilización apropiada vencemos a las doctrinas apolilladas y fatuas que son la base para tener millones de personas como rehenes por sus vidas. Las personas, el mundo entero, debe estar enterado que las presentes políticas nucleares no son nada más que una charada que procura explicar lo inexplicable, defender lo indefendible, y justificar la locura."

Regulación jurídica
Según lo dispuesto por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, se entiende por genocidio cualquiera de los siguientes actos perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso:
Matanza de miembros del grupo;
Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Junto al genocidio se castigan otros delitos conexos, que son la
asociación para cometer genocidio, la instigación directa y pública, la tentativa y la complicidad.
Las personas acusadas de genocidio serán juzgadas, de acuerdo con el artículo 6 de la Convención, en un
tribunal competente del territorio donde se cometió el delito. No obstante, ha surgido paralelamente un derecho consuetudinario por el que los tribunales de cualquier Estado podrían juzgar casos de genocidio, aunque fueran cometidos por no nacionales y fuera de su territorio. También la Corte Penal Internacional puede conocer de este delito, siempre y cuando sea competente por haberse reconocido su jurisdicción.
La Convención afirma que es irrelevante que el acusado sea gobernante, funcionario o particular y declara que, a efectos de
extradición, no se considerará al genocidio como delito político.
Se ha debatido mucho sobre el sentido y alcance de la palabra genocidio. No se trata de algo relacionado con la guerra, pues, según Karl von Clausewitz, el fin de la guerra es desarmar al enemigo, no exterminarlo. El genocidio o asesinato en masa también se diferencia del asesinato en serie, que consiste en el asesinato sucesivo y periódico de personas aisladas, mientras que el genocidio es "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", de acuerdo con la Asamblea General de Naciones Unidas. El genocidio tiene, en este sentido, un carácter masivo, por lo que con frecuencia necesita de la colaboración efectiva de una estructura social.
Algunas de las críticas al alcance del concepto de genocidio se centran en el hecho de que no se considere como tal más que los actos realizados contra grupos nacionales, étnicos, raciales y religiosos, y no los realizados por otros motivos, como los sociales o políticos. Si bien el borrador inicial de la
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio contemplaba y extendía la definición de genocidio a estas matanzas, posteriormente se eliminó la referencia ante la necesidad de contar con el apoyo del bloque comunista (representado mayoritariamente por la URSS), que objetó esta acepción.
Esta restricción del concepto, afirman estas voces, puede significar la expiación de gobiernos
totalitarios que durante el siglo XX llegaron a matar a más de 100 millones de sus propios ciudadanos. En todo caso, estos actos podrían calificarse como crímenes de lesa humanidad, constitutivos de delito internacional de acuerdo con el artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Puede afirmarse que hubo genocidios a consecuencia de choques culturales, como el provocado por las potencias europeas durante la
Conquista de América, desde el siglo XV en adelante.
Se discute si puede definirse como genocidio a:
El uso de armas de destrucción masiva por
gobernantes.
El uso excesivo de la fuerza contra civiles indefensos.
El asesinato político de masas, como ocurre con el
terrorismo político y religioso clandestino o el terrorismo de estado.
Los actos realizados por gobernantes elegidos democráticamente, en cuyo caso se habla de pueblos reos de la Humanidad.

"He podido observar que en este mundo, los perversos suelen congregarse en mutuo compadrazgo;
aunque se detesten unos a otros,
en eso reside su fuerza".
Julio César

2 comentarios:

Pensando la Bronca dijo...

terrible !!
no conocia los datos de la expedicion de Roca.
Pobre gente, cuanto dolor, sufrimiento y tristeza.

republica dijo...

Así es Ganesha, le arrebataron "criminalmente" sus tierras paea "redistribuirlas entre los vencedores"; te resulta algo actual, verdad?
Gracias por pasar!!!!