jueves, 7 de agosto de 2008

El Positivismo en el derecho

Kelsen nació en Praga a finales del siglo XIX -1881, todavía niño se trasladó a Viena, en donde se desarrolló su formación. El clima intelectual de la Viena del inicio de siglo fue especialmente
brillante. Es la Viena de los epígonos de una sociedad ordenada y milenaria en la que triunfaba el principio básico de la seguridad y del orden. Una Viena enraizada en el pasado, en un glorioso pasado político, militar, artístico e intelectual, pero al mismo tiempo una Viena que es consciente de la crisis que se avecina con la irrupción del siglo XX. La intelectualidad vienesa tiene nostalgia
del pasado y, al mismo tiempo, diseña las grandes innovaciones del siglo XX. Es la Viena de Mahler y Freud, la Viena de Schönberg y el dodecafonismo -quesupone una ruptura radical con la forma de entender la música clásica. Pero esa misma Viena adora los epígonos del gran sinfonismo romántico con Bruckner (y su fantástica sinfonía Nº 4 -La Romántica-), Mahler y, más tarde, Richard Strauss. Es la Viena de la revolución arquitectónica de Adof Loos, de la revolución de la filosofía con Wittgenstein y el análisis lógico del lenguaje, es la Viena que consciente de la crisis y de que está viviendo "los últimos días de la humanidad" se rebela frente a la decadencia y abre las puertas del siglo XX en muchos campos del pensamiento, de las artes y de las letras. Nombres como Gustav Klimt, Karl Krauss, Artur Schnitzerl, Otto Bauer und "so weiter!", como diría mi eterna amiga Marguerite de la lejana Mainz del Oeste de Deutschland.
Kelsen participa de este clima intelectual y en la época de su formación vive intensamente la vida vienesa. Su teoría pura del derecho (Introducción al Derecho, terrible materia en mi primer año de carrera!) va a significar -o pretende ser- una respuesta a insatisfacciones de la ciencia jurídica del derecho que tenga el rigor y la precisión que toda ciencia debe tener y merece. Hoy se puede afirmar que la teoría general del derecho contemporánea nace con Kelsen y que él es todavía un punto de referencia inexcusable. Sobre la obra kelseniana se ha construido la teoría descriptiva del derecho actual.
Hoy Kelsen es uno de los autores más conocidos en nuestro país y está muy presente en la comunidad científica de habla castellana constituyéndose en un punto de referencia inexcusable.
Kelsen tiene buenas razones para sentirse insatisfecho. Cree que la ciencia jurídica positivista desarrollada en el siglo XIX no es una verdadera ciencia. Sostiene que carece de aquellos atributos necesarios para considerar un saber como científico: rigor y objetividad.
Pero la insatisfacción de Kelsen no proviene sólo de la falta de rigor metodológico sino también de la falta de objetividad. La ciencia jurídica no siempre ha sabido estar a la altura de las circunstancias y en muchas ocasiones ha sido una sierva del poder.
¿Cómo debe ser la Ciencia Jurídica?
El objetivo de Kelsen es construir una ciencia descriptiva del derecho que tenga como objeto el aspecto normativo del derecho; trata de separar con un criterio muy rígido la descripción de la prescripción, el " es" del "debe"., el famoso "deber ser de la norma jurídica".
La pregunta de Kelsen es de clara inspiración kantiana. ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de la ciencia jurídica? Y la respuesta kelseniana será buscar un criterio metodológico -el principio de imputación- que permita seleccionar su objeto y una categoría lógico trascendental -la normal fundamental hipotética- que hace posible el conocimiento jurídico.
Para ir finalizando aunque el tema es de un debate constante y perpetuo en el mundo de la filosofía del derecho y del derecho en su misma juridicidad, siempre que se quiera construir una teoría descriptiva del derecho, la estrella Polar orientadora es la vieja "teoría pura del derecho". Es por eso que no podemos dejar de leer a Kelsen, con la misma profundidad, que por entonces y en mi caso, no hace mucho, lo hacía dentro del claustro con la sonora voz del Profesor Tomás Ribas (con B larga, como solía decir) a quien dedico, modestamente, este trabajo; auch, selbsvertaendlich meine Freundin von Mainz immer in mein Herz!
MM

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